lunes, 13 de diciembre de 2010

El voluntariado como espacio de integración social

La construcción de la sociedad pasa en parte por las relaciones de confianza que sus miembros se manifiestan, por la ayuda que nos entregamos unos a otros y por la aceptación y respeto que nos dispensamos mutuamente, allí es donde se puede soñar con la justicia y la paz social que tanto ambicionamos. La reciente encuesta de MIDE UC 2010 acerca de la solidaridad nos demuestra que aún queda un largo camino por recorrer, tenemos mayor predisposición a donar dinero que a comprometernos con los demás, y si a eso sumamos los resultados de otros estudios acerca de los prejuicios y la discriminación en Chile, las encuestas elaboradas por la Fundación Trascender y en el pasado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 201), el panorama no es tan bueno y debemos trabajar duro para lograr un país más integrado, con menor exclusión y con mayores niveles de justicia social.

La exclusión social es un proceso gradual de quebrantamiento de los vínculos entre los integrantes de una comunidad, rompiendo así los lazos que normalmente unen al individuo con la sociedad y por lo tanto generando barreras para construir comunidad humana. Ella produce alienación y ésta se gesta en la pérdida de la experiencia del otro, en el olvido e invisibilidad del que más sufre, del abandonado, del fracasado y de los que en algunos lugares del mundo han sido llamados ‘desechables’. Ante este escenario social contamos con un instrumento que nos permite vislumbrar una solución, es maravilloso, privilegiado y conlleva una nueva cultura, es el voluntariado, es decir esa fuerza anónima y gratuita que vuelve a colocar al ser humano como centro del mundo, de los desvelos y de las acciones, que se vuelve a conmocionar con las injusticias y que llama a la acción y al compromiso. Es el voluntariado una puerta que se abre para salir de la alienación y de la pobreza, ya que nos permite recuperar la experiencia del otro, valorizarla y respetarla, revincularnos a aquellos que por diversas razones se mantienen al margen de la comunidad humana y viviendo por lo general en una situación de abandono y exclusión.

Como decía San Alberto Hurtado sj “la gran escuela del sentido social, de la justicia, de la caridad, es la práctica y ninguna práctica es más provechosa que el trato social de cada día. Más que toneladas de consejos sobre la necesidad del espíritu social, vale una hora de acción social”, y eso es el voluntariado es decir una expresión de la vida misma que no requiere más connotaciones que la propia conciencia y el deseo de servir, donde uno se dona a sí mismo (su tiempo, capacidad, recursos y esfuerzo). Gracias al voluntariado ‘construimos vínculos’, ‘generamos confianza’, ‘colaboramos con la autonomía’ y ‘facilitamos la interdependencia’ de millones de personas en el mundo y en Chile que viven en exclusión. Este ‘contacto’, vínculo, es la única posibilidad real de integración (convivir, compartir, contactarse), de “sanación” (Isaías 58), de acrecentar las “libertades” de las personas y de construir sociedad a base de justicia y solidaridad.

Es lo que ambicionamos desde En Todo Amar y Servir (www.yovoluntario.cl) abriendo puertas cada día para el servicio, soñando con un Chile más justo, feliz e integrado, como dijo Gabriel García Márquez en el 1999recuerden que las cosas de este mundo, desde los trasplantes de corazón hasta los cuartetos de Beethoven estuvieron en la mente de sus creadores antes de estar en la realidad. No esperen nada del siglo XXI, que es el siglo XXI el que lo espera todo de ustedes. Un siglo que no viene hecho de fábrica sino listo para ser forjado por ustedes a vuestra imagen y semejanza, y que sólo será tan pacífico y nuestro como ustedes sean capaces de imaginarlo”. Estamos convencidos al igual que San Alberto Hurtado sj que “el que se da, crece. Pero no hay que darse a cualquiera, ni por cualquier motivo. Sino a lo que vale verdaderamente la pena. Al pobre en desgracia. A esa población en la miseria. A la clase explotada. A la verdad, a la justicia… A toda causa grande”, y que “la reforma social, no se conseguirá con la sola reforma de las instituciones, si no va acompañada de una reforma de conciencias. Ni la una ni la otra separadamente serán suficientes. Ambas se complementan...” y este cambio de conciencia sólo es posible desde la misma vida, desde la experiencia de servicio y de entrega, que modifique mi propia vida y transforme definitivamente la existencia personal.

Hoy, en el día mundial del voluntariado, los invitamos a revolucionar el mundo partiendo por nosotros mismos.


Benito Baranda.
5 Diciembre 2010

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